jueves, 30 de mayo de 2013

FUMIGACIONES Y CAMPOS TRANSGENICOS ELEVAN LOS CASOS DE CANCER

Unos numeros más, que como venimos diciendo en este blog, suman para hacer juicio a las multinacionales (Monsanto, Cargill, etc) que promueven estas semillas magicas con su agrotoxico asociado. Argentina y Brasil detentan realmente un extenso campo experimental en este tema y en pocos años los casos en zonas de cultivos iran en aumento. Ya hubo un juicio en Cordoba, ya hay suficientes datos cientificos (por ejemplo los de Andres Carrasco, aunque hay varios papers de investigadores de varios paises) que demuestran los efectos nocivos de estos agrotoxicos, tanto que en gran parte de los casos EUA y Europa han prohibido su uso. Que esperan en Argentina y Brasil para hacerlo? Cuantos mas deben morir de cancer por la rentabilidad?


Les dejo la nota de Pagina 12

Saludos Santiago

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SOCIEDAD › FUMIGACIONES Y CAMPOS TRANSGENICOS ELEVAN LOS CASOS DE CANCER
La salud cercada de Avia Terai

Un estudio interdisciplinario auspiciado por el Ministerio de Salud de la Nación determinó que en Avia Terai, una localidad chaqueña rodeada de campos de soja y continuamente fumigados, más del 31 por ciento de la población tiene un pariente con cáncer.







Por Darío Aranda

Avia Terai es una localidad de cinco mil habitantes en el centro geográfico de Chaco. El casco urbano está, literalmente, rodeado de cultivos de soja y girasol que son fumigados entre diez y doce veces al año. Un estudio científico confirmó la denuncia de vecinos: el 31,3 por ciento de la población relevada declara haber tenido algún familiar con cáncer. Los muy altos índices de cáncer, y también de discapacidad, se repitieron en otras tres ciudades cercadas por campos transgénicos: Campo Largo, Napenay y La Leonesa. Así lo reveló un estudio interdisciplinario, realizado durante un año y auspiciado por el Ministerio de Salud de la Nación. La investigación vincula la causa de las enfermedades con el modelo agropecuario.

“Relación entre el uso de agroquímicos y el estado sanitario”, es el nombre de la investigación, de 68 carillas, que llevó 2051 encuestas en el territorio, utilizó datos oficiales y fue realizado por seis médicos, licenciados en enfermería y geógrafos.

En el ingreso a Avia Terai se ubica una semillera transgénica (Mandiyú) y una agroquímica (Ciagro), con campos experimentales. En la entrada al pueblo sobresale una pista de aviones fumigadores. También está presente la multinacional cerealera Bunge, con carga-descarga de camiones. En Avia Terai se entrevistó a 390 personas. El 31,3 por ciento de la población declaró haber tenido algún familiar con cáncer en los últimos diez años.

“En el Centro Integrador Comunitario (CIC) nos entregaron un censo realizado por las mismas mujeres del pueblo que solicitan una escuela para discapacitados. Incluye a los menores de 20 años de sólo la planta urbana, y contaron 101 niños y jóvenes con discapacidad”, señala el trabajo.

En la localidad de Campo Largo, el 10 por ciento de las mujeres y el 15 por ciento de los hombres manifestaron tener algún tipo de discapacidad. El 29,8 por ciento reconoció tener familiares con cáncer en los últimos diez años. En Napenay, el 20 por ciento de los hombres manifestó tener algún tipo de discapacidad, y el 38,9 por ciento señaló la existencia de algún familiar con cáncer. En La Leonesa, zona arrocera, el 27,4 por ciento de la población declaró tener familiares con cáncer.

“Las cuatro localidades que se han caracterizado como asentamientos en los que se desarrolla el modelo agroproductivo, empleando los paquetes tecnológicos que incluyen semillas transgénicas y empleo de agroquímicos, tienen respuestas por encima del 20 y hasta el 38 por ciento, mientras que las dos localidades caracterizadas como ganaderas arrojan valores muy bajos”, alerta la investigación.

Para su reporte epidemiológico, la investigación tomó como fuentes de información estudios de Dirección de Estadística Sanitarias del Ministerio de Salud de Chaco, el Registro de Tumores de Chaco, del Servicio de Neonatología del Hospital Perrando y del Hospital 4 de Junio, y las encuestas propias en el territorio. Y explicaron que priorizaron los casos de tumores y las malformaciones congénitas porque “se asocian a la exposición con agroquímicos”.

Los productos de mayor uso en la zona son endosulfan, clorpirifos, glifosato, paraquat, dimetoato, lambdaciaotrina, metamidofos, cipermetrina y carbendazim, entre otros.

El trabajo detalla bibliografía científica que advierte de malformaciones y cáncer en zonas con uso intensivo de agrotóxicos, recuerda que la aparición de malezas resistentes llevó a que “con el fin de sostener la productividad se aplican cantidades cada vez mayores de agroquímicos”, y recuerda que los más afectados son niños y mujeres embarazadas.

Alejandra Gómez, de la Red de Salud Popular Ramón Carrillo, trabaja junto a poblaciones fumigadas de Chaco y no duda: “Se sigue priorizando la ‘productividad’ y el rendimiento de los agronegocios sin tener en cuenta los costos sociales y ambientales, ni la salud y la vida. No se cumplen las leyes y el Estado sigue ausente en materia ambiental. Debe quedar claro que junto al avance de la frontera agrícola avanza el desmonte y las enfermedades en la población”.

La investigación cita estudios científicos y afirma las consecuencias del modelo: “Reducción de la fertilidad masculina, enfermedades neurológicas, reducción del crecimiento, anormalidades fetales, fatiga crónica en niños y mal de Parkinson. También está contribuyendo enormemente al incremento del índice de cáncer, ya que los residuos de pesticidas están entre las tres mayores causas de cáncer”.

En el capítulo final, los investigadores afirman que “se puede compatibilizar el desarrollo de los pueblos con la salud y la educación, preservando el territorio para generaciones futuras”, recuerda el fallo judicial que frenó fumigaciones en la localidad de La Leonesa, pero advierte que en muchas otras ciudades “la población aún sigue esperando y por ello creemos que se debe actuar de forma más rápida frente a situaciones en las que se vulnera la salud”. Destaca que en el país se han logrado “erradicar muchas enfermedades que durante años causaron muertes y postergaron”, y revela el porqué de la investigación: “No queremos quedar silenciosos frente a nuevas amenazas”.

viernes, 24 de mayo de 2013

La Democracia del garrote

En nuestras sociedades occidentales y cristianas, premiamos con el Nobel de la paz a personas que promueven el uso de Drones, que son equivalentes a ejecuciones sumarias, sin ninguna clase de juicio previo. Se imaginan lo enriquecedor que podria haber sido para la "democracia" Americana escuchar lo que Osama Bin Laden tuviera para decir (tanto miedo tendran las autoridades americanas que el mismo cuente en un tribunal sus razones? Que es lo que lleva a una persona o a un grupo de personas a cometer semejante acto terrorista??). Es acaso este el correcto accionar de la democracia que propugna occidente? No podemos ser tolerantes con la oposición? Porque no podemos tolerar a los que opinan diferente. Porque existen Bradley Manning o Edward Snowden?? Tendremos que tolerar la "democracia" del: Se lo digo yo, carajo? 


Como bien decia Cortazar en Rayuela, en su capitulo 3: "Ese yo, había alcanzado a pensar Oliveira, ¿qué valor probatorio tenía? El yo de los grandes, ¿qué omnisciencia conjugaba? A los quince años se había enterado del «sólo sé que no sé nada»; la cicuta concomitante le había parecido inevitable, no se desafía a la gente en esa forma, se lo digo yo. Más tarde le hizo gracia comprobar cómo en las formas superiores de cultura el peso de las autoridades y las influencias, la confianza que dan las buenas lecturas y la inteligencia, producían también su «se lo digo yo» finamente disimulado, incluso para el que lo profería: ahora se sucedían los «siempre he creído», «si de algo estoy seguro», «es evidente que», casi nunca compensado por una apreciación desapasionada del punto de vista opuesto. Como si la especie velara en el individuo para no dejarlo avanzar demasiado por el camino de la tolerancia, la duda inteligente, el vaivén sentimental. En un punto dado nacía el callo, la esclerosis, la definición: o negro o blanco, radical o conservador, homosexual o heterosexual, figurativo o abstracto, San Lorenzo o Boca Juniors, carne o verduras, los negocios o la poesía."

Creo que a nuestro Nobel de la "Paz?" le falta literatura (Latinoamericana sobretodo)...y algo de autocritica.

Si cierra Guantanamo, parece que muy en el fondo, pueda decidir algo (y cumplir con una "vieja" promesa). Y sino, queda claro quien realmente gobierna es lo que temia Dwigth D. Eisenhower: military–industrial–congressional complex siendo el presidente el titere de este complejo.


jueves, 16 de mayo de 2013

O Papel da Comunicação Científica numa Sociedade Democrática




  Enviado por Luciano Medina Neto – Jornalista

É imperativo destacar a história do desenvolvimento da ciência, da tecnologia e da comunicação no Brasil, principalmente no período do regime militar, momento de cerceamento à livre circulação do pensamento criativo e da informação. São conhecimentos que se desenvolvem de forma integrada.  Mesmo sob o controle da ditadura, a difusão do conhecimento e a disseminação da ciência fluem sob uma determinada realidade que se altera ao longo dos anos. A perseguição e exílio a cientistas caracterizam o cenário no período militar, mesmo diante da forte pressão do regime, há a necessidade de desenvolver a pesquisa e a ciência no país, pois são demandas importantes e estratégicas para a estabilidade do próprio regime naquele momento.

O governo militar dependia dos esforços de cientistas opositores no campo da pesquisa. O compromisso entre essas duas forças, a política e a científica se fizeram notar a partir do avanço da agricultura, com o fortalecimento da EMBRAPA e as pesquisas em informática e em engenharia aeroespacial, que também são destaques e resultado dessa ambigüidade ciência e ditadura. Pressupunha naquela conjuntura a convergência entre comunicação e ciência; discussões realizadas no interior do SBPC no Rio de Janeiro repercutiam na imprensa. O surgimento dos cursos de pós-graduação de ciências humanas é outro imperativo destacável na ambígua relação ciência e regime militar.

Do ponto de vista da ciência da comunicação, são destaques a mobilização e criação de cursos de comunicação desvinculados de departamentos de filosofia e de letras. O surgimento da Revista científica Comunicações & Problemas empreendido por Luiz Beltrão em 1965 na cidade do Recife dá conta da evolução de pesquisa na área. Após a transferência da revista para Brasília sua sobrevivência perdurou até 1969 em virtude da forte pressão exercida pela ditadura. Com a censura à cobertura política, se inicia um processo de segmentação da comunicação e, por conseguinte do jornalismo. Em meados de 1978 o Jornal Folha de São Paulo sob a orientação e coordenação do professor de física da Unicamp Rogério Cesar de Cerqueira Leite inaugura uma página destinada à divulgação e ao jornalismo científico. A idéia do professor Cerqueira Leite com a página era estimular o interesse do público pela ciência. 

A partir dessas experiências o processo de divulgação científica através de páginas especiais e editorias de jornais impressos se projetam como um elemento essencial ao desenvolvimento ainda embrionário da comunicação científica no Brasil. O desafio, antes e após a anistia geral e irrestrita era de criar mecanismos de comunicação que pudesse facilitar em todos os aspectos a disseminação e a divulgação da produção científica e tecnológica do Brasil. Essa é uma tarefa que se constitui permanente, sobretudo com as perspectivas advindas das redes de computadores em expansão nos EUA e com as possibilidades ainda desconhecidas da internet, também nos EUA.  Mais tarde a internet, de natureza tecnológica se configura como um potencial meio de comunicação alterando e inovando as formas de relacionamento em todos os aspectos da realidade no dia a dia. O regresso do Brasil à democracia e a necessidade de se construir uma sociedade plena de direitos demandou dos centros de pesquisas, instituições, de cientistas e jornalistas um esforço no sentido garantir um novo modelo de sociedade, novos formatos e maneiras diferentes de difundir a informação, com criatividade, crítica e opinião.

O debate acerca da comunicação científica numa sociedade democrática é abrangente, permanente e inesgotável. Ambos estão entrelaçados, dialogam entre si, são abertos e suscetíveis ao novo. As transformações no campo social, a preservação, ampliação e criação de novos direitos inserem o país em um novo marco político e caracteriza a participação direta e indireta da população nos processos de decisão. No campo da ciência e da tecnologia o destaque para o avanço da internet e a constituição de uma nova sociedade, a da informação em rede. A virtualização da informação nos últimos anos e os seus impactos nos padrões de relacionamento na sociedade, articulados com o potencial de novas ferramentas de comunicação imprime freqüentes mudanças e inovações na forma de transmitir e comunicar a produção e criação de culturas e conhecimentos. A comunicação científica é a mãe de todos os meios de difusão e socialização do conhecimento e da informação, cabe a ela nesse novo marco político coordenar e executar as inúmeras possibilidades e potencialidades da comunicação (periódicos, portais, programas de rádio e TV, redes sociais, encontros, seminários, etc.)

Duas tarefas aparentemente são essenciais e freqüentes no meio acadêmico; o aperfeiçoamento na maneira de comunicar a experiência e a produção científica através dos novos meios e a ampliação da audiência dessas informações e conhecimentos para a sociedade. Utilizar o potencial dos mecanismos desses novos meios de comunicação para a difusão do conhecimento científico, formal, informal e semi-formal tem sido objeto constante de debates, seminários, publicações, etc.

Segundo o professor Cerqueira Leite a boa divulgação científica se confunde com o bom jornalismo científico. A questão primordial é tornar acessível à complexa pauta científica ao cidadão comum distante de laboratórios e completamente alheio ao tipo de linguagem usado nos mais diferentes meios de divulgação da ciência. Observar os critérios técnicos e coloquiais do jornalismo praticado diariamente em jornais, TVs, rádios e internet é uma estratégia que vem sendo utilizado, mas que carece de inovação se considerado as inúmeras plataformas de comunicação disponíveis literalmente nas mãos das pessoas nas grandes, médias e pequenas cidades. A boa divulgação científica por meio da prática do bom jornalismo deve intermediar e interpretar a informação científica de modo a torná-la atraente e acessível a todos de forma democrática e didática.

Se levado em conta a informação como um bem social, o papel da comunicação científica além de cumprir o objetivo de disseminar a cultura e o conhecimento produzido no interior das instituições de pesquisas, cumpre também direta e indiretamente uma tarefa determinante, quando ela fornece subsídios, estudos, estatísticas e tecnologia, através dos mais variados meios de comunicação elementos concretos corroborando decididamente com o processo de consolidação e participação política e científica numa sociedade democrática.

lunes, 6 de mayo de 2013

A por los drones

En estos tiempos que corren al volver del trabajo si leemos el mail es seguro que vendrá más trabajo y ni hablar el teléfono celular que prácticamente nos quita cualquier intento mínimo de tener una vida privada (a sabida cuenta de lo imposible que es realizar semejante hazaña con cámaras filmadoras y captaciones de audio realizadas por estos infernales dispositivos, vengo por suerte zafando del video hot en la web!!).
Lo mejor creo, es vivir la vida sin estar pendiente de esas cosas, para algunos parece una utopía  pero creo que de a poco lo voy logrando. Gracias a mi escasa popularidad ya nadie me llama al celular (para mejorar la eficacia solo cargo la bateria de vez en cuando). Ni me envían correos, de a poco me voy acostumbrando a no mirar los mails al llegar a casa y en algún momento evitare atender el teléfono (he conocido alguna gente que vivia de este modo con buenos resultados). Tome estas magnificas decisiones porque, apesar que la tecnología se vende como la mejoradora de la calidad de vida de los seres humanos, infelizmente ya no se piensa  más a favor de la especie humana, mas bien diría que esta en contra de ella. Por ejemplo, como comentaba un filosofo de Villa Elisa, en la actualidad con toda la tecnologia existente, toda la humanidad podria comer, no tendría que pelear para subsistir, sin embargo este sistema actual que fuera generado en una época de escasez y que ha dejado de tener sentido hoy, se sigue sosteniendo para beneficio de unos pocos. Me pregunto muchas veces, para que carajo sirve que hagan Drones o bombas?, Que es lo que ganamos con eso?.
En el fondo entre nosotros no existen divisiones reales, venimos de las mismas células, somos todos en esencia lo mismo, las divisiones solo pueden ser mentales, y habría que empezar a pensar más con el corazón, que con la cabeza. O bien, pídanle al Premio nobel de la "Paz?" que me mande un dron a casa. Rememorando un episodio en el que un amigo viera a un "rollign stone" peleando en La Plata con un taxista, quien se bajara del taxi luego de llamar a todos "sus amigos" por la radio y ademas haciendolo con un garrote de acero, a lo cual el rollinga dijo: "Vienen con fierros y yo aca sólo con los músculos: aguante los músculos!". Realmente era para decir: "Aguante los músculos!!"
Les dejo una nota interesante como para reflexionar sobre lo que esta ocurriendo al respecto de los drones y las ollas (más o menos una yuxtaposicion del taxista y el rollinga), que dejaron la cocina y en la actualidad se están militarizando, es que esta de moda la guerra señores:

Saludos Santiago





Drones y ollas

La Calle del Medio


Hay algo verdaderamente odioso en el gesto de los hermanos Tsarnaev, los dos terroristas chechenos que atentaron contra los corredores de la maratón de Boston el pasado 18 de abril: no sólo causaron muerte y mutilaciones con poco dinero sino que lo hicieron además mediante los enseres más domésticos y más antiguos, los que asociamos a la alimentación, el calor del hogar y la reproducción de la vida. Matar con ollas -llenas de clavos y no de judías- es como insultar con flores o ensuciar con nieve: una contradicción dolorosa que hace más dolorosa y terrible su acción. Es, por así decirlo, un atentado también contra las ollas, contra la idea de “olla” y todas sus blanduras adyacentes.

Matar con poco dinero y matar con menaje de cocina -un atentado, pues, de andar por casa- da a ese gesto un aura particularmente bárbara que desmiente, por lo demás, el paralelismo en el que los dos hermanos querían apoyar su injustificable atentado: “es lo que viven todos los días los habitantes de Iraq y Afganistán”. No es verdad. Los habitantes de Iraq y de Afganistán no mueren como consecuencia de un atentado contra una olla doméstica; son asesinados desde el aire, mediante la más cara y sofisticada tecnología, en un relámpago que es imposible atribuir a una voluntad y mucho menos a una “contradicción antropológica”. Los bombardeos aéreos, lo he dicho muchas veces, tienen algo olímpico y metafísico; son la ejecución sumarísima e impersonal, casi automática, de la justicia divina. El hecho de que la muerte llegue a través de un soporte tecnológico y con una intervención mínima de la mano, convierte su advenimiento en algo tan natural como la caída de la nieve y en algo tan inocente como la deposición de una paloma. Al contrario de lo que ocurre con el atentado de Boston, cuyas víctimas señalan a sus autores como culpable fuente subjetiva, las víctimas de los bombardeos son señaladas por la mirilla del avión como objetivos “objetivos” y, por lo tanto, como origen pecaminoso de la acción. Nos impresionan mucho las muertes a cuchillo y odiamos mucho a los degolladores; nos impresionan mucho las muertes baratas contenidas en ollas domésticas y odiamos mucho, por tanto, a los chechenos (o a los palestinos o a los talibán o a los yihadistas de Al-Qaeda). Nos impresionan muy poco, en cambio, aunque sean más numerosas, las muertes caras y sofisticadas producidas por los aviones; y odiamos mucho menos -o incluso admiramos- a los que las planean y ejecutan.

Este retroceso de la mano aplicado a la tecnología de guerra ha alcanzado su colofón con los llamados “drones”, esos pterodáctilos o dígitos alados, pegasos e insectos teledirigidos, que pueden recabar información y eventualmente asesinar a miles de kilómetros sin necesidad de un piloto. Como sabemos, el número de bombardeos mediante drones se ha multiplicado durante el gobierno Obama, quien ha realizado y sigue realizando operaciones cotidianas no sólo en Iraq y Afganistán sino también en Yemen, Somalia y Pakistán. A través de los “bombardeos no tripulados” la naturalización de la tecnología, y la despersonalización de la destrucción, alcanza cotas difícilmente imaginables para esos humanos antiguos -la mayor parte de nosotros- que seguimos representándonos secuencias causales muy rudimentarias: de hombre a hombre, de hombro a hombro, de martillo a escombro. La posibilidad de desmigajar una aldea desde un sillón situado a miles de kilómetros, mientras se toma un café y se fija una cita telefónica con el médico o con la novia, añade a la desproporción entre cielo y tierra y a la desigualdad entre “mirones” y “mirados” un nuevo abismo: el que separa radicalmente los cuerpos de las tecnologías. El simple hecho de tener cuerpo, de conservar un cuerpo -allí donde el consumo de mercancías parece haber dejado atrás, en una polvareda de imágenes, la mortalidad misma- es casi un llamado al bombardeo y, en todo caso, una justificación de sus efectos: los que siguen siendo mortales (todos esos pueblos y clases inferiores sin acceso a los mercados) deben morir. Tienen cuerpo, luego son frágiles; luego hay que romperlos.

Podemos decir sin exagerar que el objetivo de los bombardeos son los cuerpos; su radical antihumanismo no apunta a los civiles o a los enemigos sino, más allá, a la idea misma de fragilidad. Quizás no es verdad que no haya ningún paralelismo entre el atentado de Boston y los bombardeos de Iraq o Afganistán. Quizás sin saberlo la acción monstruosa de los hermanos Tsarnaev constituye una crítica radical de esa monstruosa civilización cuya máxima aspiración material es el retroceso definitivo de la mano y la superación mercantil de la mortalidad. Quizás los hermanos Tsarnaev escogieron el escenario de su atentado porque estaba lleno de inocentes, sí, como los mercados de Kabul o los barrios de Faluya. Pero en todo caso una maratón es sobre todo un acontecimiento “corporal”, uno de los pocos lugares aún modernos donde los participantes son convocados como “cuerpos”, donde los seres humanos comparecen como “anti-drones”: tripulados por ellos mismos, coincidentes con sus propios pies. La olla asesina, metonimia de todos los cuidados domésticos, devuelve a las víctimas sus piernas -en el momento de arrancárselas. El atentado de Boston, como el memento mori de la antigüedad, recuerda a los estadounidenses y a los occidentales en general lo que procuran olvidar por todos los medios: tenéis cuerpo, luego sois frágiles, luego hay que romperos. La conclusión de este silogismo, por supuesto, debería ser “luego hay que cuidaros”, pero es la propia civilización del dron, que no siente piedad por los afganos y los iraquíes, la que ha quebrado toda coherencia antropológica.

En este juego de réplicas -o de potlachs en un espejo negro- a alguno de estos “lobos solitarios”, como se complacen en llamarlos los periódicos, se le ocurrirá algún día llevar la paradoja hasta el extremo. Pondrá ollas explosivas no en el camino de los corredores de una maratón sino en las camas de los enfermos estadounidenses, en los cartones de los pobres estadounidenses y en los sillones de los viejos estadounidenses. Nos sentiremos horrorizados y con razón, pero ese monstruo podría pensar que matarlos a ollazos -a ellos, últimos refugios de los cuerpos, negados y despreciados- es la única forma de hacerlos aparecer. Estamos a punto de llegar a esa escala “ideal” invertida en la que rematar a las víctimas del mercado será la única manera de acusar a los verdugos y reivindicar su dolor. En cuanto a las víctimas de los drones, no pueden ni siquiera aspirar a emitir la luz final de una revelación.

Si no queremos reducir las relaciones humanas a una guerra desigual y feroz entre drones y ollas, es necesario transformar de manera urgente las condiciones de la economía y la tecnología, para que los cuerpos y las cocinas restablezcan la posición a que estaban destinadas en el orden antropológico de la humanidad.