martes, 3 de septiembre de 2013

Enseñanza y Sistema de Gurdjieff reloaded

Hay que volver a las fuentes, hay que leer a Gurdjieff...

Saludos Santiago





http://www.marevero.blogspot.com.br/2012/12/les-dingues-du-nonsense.html



Gurdjieff creía que los hombres y las mujeres son divisibles en un número comparativamente pequeño de tipos, y que lo aplicable a un tipo, no lo es necesariamente a otro. De tal manera, la instrucción tiene que ser dada en forma individual, y es obvio que esto no puede hacerse en un libro. También preví la dificultad de presentar ideas, primero en la forma cruda en que las recibí de Ouspensky, para mostrar después la gradual profundización de mi comprensión de ellas con el correr de los años. 

Este lento progreso en la comprensión, sólo podía ser sugerido en un libro observando el tiempo con un telescopio, y el resultado podía resulta confuso, por dejar al lector a menudo lleno de dudas sobre si las ideas que yo exponía habían sido recibidas así de Ouspensky, o si yo las había entendido en esa forma mucho tiempo después. Ese método de presentación, también podría llevarme a poner en boca de Ouspensky palabras que él nunca hubiera pronunciado, aun cuando ellas pudieran estar completamente de acuerdo con su enseñanza. Todo esto me hizo advertir claramente que habría de enfrentarme con muchas dificultades al escribir sobre las ideas de Gurdjieff.

Gurdjieff dijo una vez: "Tengo cuero muy bueno para venderle a quienes quieran hacerse zapatos con el", y cuando estas palabras llegaron a mi mente, inmediatamente me proporcionaron el plan correcto para mi obra. No hay mejor descripción que ésta del rol desempeñado por Gurdjieff como maestro. Era un hombre que tenía ideas de una calidad extraordinaria para venderle a quienes necesitaran ideas de esa clase. Además había utilizado deliberadamente la palabra "vender", porque siempre sostuvo que los hombres no eran capaces de apreciar ninguna cosa que no se vieran obligados a pagar para conseguirla; el pago no tiene que ser forzosamente con dinero; pero algo tienen que sacrificar para poder apreciar debidamente el cuero que adquieren. Otro punto importante sobre el que hizo hincapié en esta breve frase suya, fue que el cuero era para aquellos que fueran a utilizarlo en forma práctica, y no para diletantes o exhibicionistas que lo quisieran solamente para lucirse. El comprador tenía que elaborar algo con el cuero que había comprado, y nada podía resultar más útil que un par de zapatos fuertes para el difícil viaje que es la vida. Advertí que el propósito que yo tenía que tener en vista mientras escribiera el proyectado libro, debía ser el de mostrar al lector lo excelente que era el cuero de Gurdjieff; y exhibir luego los zapatos que había fabricado con él. La mano de obra y el diseño de mis nuevos zapatos podrían, naturalmente, haber sido mucho mejores. pero algo hay que decir en su favor, y es que son mi propia obra y están hechos a mano.

Como se verá más adelante. después de haber hecho una reseña de las ideas de Gurdjieff, las comparo frecuentemente con otras afines provenientes de fuentes científicas, filosóficas y religiosas. He realizado estas comparaciones, porque desde hace muchísimo tiempo ha despertado en mí gran interés, comparar personalmente y contraponer las ideas de Gurdjieff a las que se me han presentado a través de variadas lecturas en el curso de los últimos treinta años. He descubierto muchas analogías llamativas en esta forma. pero lo que quiero acentuar aquí, es que no pueden encontrarse en ninguna otra parte tantas ideas de esta naturaleza reunidas en un todo sustancial en sí mismo y coherente. Quizá sea mejor emplear un símil totalmente distinto, asimilando el sistema de enseñanza de Gurdjieff a un organismo viviente, dentro del cual ya cada una de las partes se relaciona con todas las demás, y depende de ellas.

Como la enseñanza de Gurdjieff posee las cualidades de coherencia. integración y desarrollo que son características de la vida, es por ello que estoy tratando de llevarla a conocimiento de otra gente, en la medida en que es posible hacerlo en forma de blog. Esta última frase condicional es necesaria, pues la formulación y la impresión exprimen de la palabra hablada casi toda su vitalidad, del mismo modo que cuando se aprieta a una flor, se la priva de casi toda su belleza. Todas las grandes religiones se han visto expuestas a este proceso desvitalizante. Cuando las enseñaron sus fundadores eran cosas hermosas, vivas, pero cuando los escribas, los fariseos y los abogados las asentaron en libros y rollos, quedaron tan desamparadas y resecas como los Treinta y Nueve Artículos de la Iglesia Anglicana.

Desgraciadamente no hay forma de evitar el efecto desvitalizante que tienen los blogs sobre la enseñanza oral (creo que eso lo habia pensado un tal Sócrates,  o no maestro?), y todo lo que puede hacerse a esta altura es advertir al lector que eso puede ocurrir. Tiene que ser puesto en guardia sobre otra cuestión, es decir, sobre el empleo de la palabra "sistema" en relación con la enseñanza de Gurdjieff. Es una palabra que debiera de haberse evitado, pero lamentablemente ha sido confirmada por un largo uso. La razón de que sea objetable es que la palabra "sistema" está íntimamente relacionada en nuestras mentes con adjetivos calificativos tales como correcto e incorrecto, ortodoxo y heterodoxo, capitalista o comunista y éstas son palabras a las que Gurdjieff se hubiera opuesto con todas sus fuerzas.

También se opone a ellas otro maestro moderno de las verdades espirituales: Krishnamurti, quien deplora nuestra tendencia a organizar y sistematizar la sabiduría, y lo ilustra con una parábola. Narra que un día el diablo y un amigo salieron a dar un paseo por la tierra, y en eso vieron a un hombre que se agachaba de golpe y levantaba algo del suelo. Dijo el amigo del diablo: "Será mejor que te pongas en guardia, pues ese hombre que está allí ha recogido una nanopartícula de la verdad."
El diablo sonrió sin perturbarse en lo más mínimo. "No hay ningún peligro -contestó- van a organizarla y sistematizarla, No hay motivo para preocuparse."

El Maestro del Budismo Zen compara toda enseñanza con un dedo que apunta hacia la luna, y reprende muy severamente al discípulo, si éste pone el énfasis sobre el dedo en lugar del objeto al que el dedo apunta. Del mismo modo debe considerarse a la enseñanza de Gurdjieff como un dedo que dirige la atención sobre ciertos principios y métodos que, empleados acertadamente, conducen a determinados resultados. Todo lo que este blog puede hacer es dar al lector una idea sobre algunos de los métodos y principios que empleaba Gurdjieff. Imaginar que con cualquier blog puede lograrse algo más que eso, es obviamente absurdo. Gurdjieff no trazó diagramas sobre un pizarrón para enseñar con ellos. Su método de instrucción era mucho menos cómodo para su clase. Extraía de nosotros trozos vivientes de experiencia y con ellos enseñaba. Uno descubría que sus propias vanidades y tonterías diminutas, eran utilizados como ejemplos con los cuales Gurdjieff podía demostrar a la clase la naturaleza mecánica de la vida humana. Un blog no es más que un sustituto muy pobre de una enseñanza tan vital y directa como ésta.

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