Busqué la ciencia, y me enseño el vacío.
Logré el amor, y conquisté el hastío.
¡Quién de su pecho desterrar pudiera,
la duda, nuestra eterna compañera!
¿Qué es preciso tener en la existencia?
Fuerza en el alma y paz en la conciencia.
No tengáis duda alguna:
felicidad suprema no hay ninguna.
Aunque tú por modestia no lo creas,
las flores en tu sien parecen feas.
Te pintaré en un cantar la rueda de la existencia:
Pecar, hacer penitencia y, luego, vuelta a empezar.
En este mundo traidor,
nada es verdad, ni mentira,
Todo es según el color
del cristal con que se mira.
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Poesia de Ramon de Campoamor